Parte II
¿Estoy diciendo que el cristianismo es mera contemplación del amor y la gracia de Dios en Jesucristo? ¿La Biblia no dice acaso de andar?
Creo que parte de la confusión viene por no comprender que la Biblia habla tanto de semilla, como de fruto. Por lo tanto, frecuentemente se cae en el error de confundir una cosa con la otra.
Seguramente será mas claro si lo vemos en las Escrituras.
Juan 13:34
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
Efesios 4:32
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Pasajes como estos son utilizados para arengar a los cristianos a andar como hijos de Dios. Pero por lo general se pone el énfasis en cosas como amar o perdonar, olvidando que los mismos pasajes nos muestran que estas cosas son el producto, el fruto de estar primeramente nutridos de cuanto hemos sido amados y perdonados por Dios a través de Cristo, todas cosas que comunica el evangelio. (al decir “nutridos” quiero decir haber “experimentado” o “conocer por la propia experiencia”)
1 Juan 4:19 .(según el texto)
Nosotros amamos, porque él nos amó primero
Está muy claro, nuestro amor es fruto del suyo.
Puede que ahora, al considerar estos pasajes, quede más a la vista la confusión en la que suele perderse gran parte del cristianismo: muchas veces hemos intentado plantar en nuestro corazón, fruto en vez de semilla.
Es necesario conocer el camino que Dios señala, pero para caminarlo primero y cada día hemos de aprender a dejarnos amar por Dios y recibir de Él. No somos hechura de nuestras propias manos sino de las suyas. Es evidente que primero Él moldea nuestros corazones con su amor, entonces después nos es posible andar y producir.
Hebreos 13:21
Que él los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad. Y que, por medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Es Dios el que nos capacita, es Dios el que primero el hace en nosotros para que después nosotros podamos hacer su voluntad.
En el relato de Felipe y el etiope, no vemos a Felipe “arrancando” de la Biblia una serie de pautas o normas para enseñarle a etiope como ser un buen cristiano, lo primero que hizo Felipe fue anunciarle el evangelio.
El andar es el fruto del amor de Dios y de su gracia en Jesucristo, morando en nuestros corazones.
Por eso, aunque el evangelio no es lo unico a considerar, toda enseñanza, toda redargución, y toda corrección bíblica (sea privada o publica) deben estar abundantemente nutridas y claramente guiadas por el evangelio.
Colosenses 1:4
pues hemos recibido noticias de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen por todos los santos
Colosenses 1:5
a causa de la esperanza reservada para ustedes en el cielo. De esta esperanza ya han sabido por la palabra de verdad, que es el evangelio
Colosenses 1:6
que ha llegado hasta ustedes. Este evangelio está dando fruto y creciendo en todo el mundo, como también ha sucedido entre ustedes desde el día en que supieron de la gracia de Dios y la comprendieron plenamente.
El ejemplo en los colosenses es muy claro; los creyentes de Colosas manifestaban una fe y un amor (que son la esencia del genuino andar cristiano) dignos de comentarios, a causa de haber comprendido plenamente las verdades que habían aprendido del evangelio de la gracia de Dios en Jesucristo.
Este poder transformador del evangelio, es claramente exaltado por las sagradas escrituras.
Romanos 1:13-17
13Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles. 14A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. 15Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.
16Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Deseando que los creyentes tuvieran fruto, el apóstol Pablo se consideraba deudor de todo aquel al que todavía no le había anunciado el evangelio, pues sabía que el evangelio es poder de Dios para la salvación (sanidad) de los hombres. Ya sea la salvación primera que es para vida eterna, como la salvación necesaria para poder vivir como hijos de Dios cada día.
El crecimiento en el evangelio y su anuncio, fue lo que caracterizó a la vigorosa y fructífera iglesia primitiva.
Insisto; la enseñanza abundante del evangelio del amor de Dios y de su gracia en Jesucristo, no se opone a cosas tales como: amar, obedecer, renovar el entendimiento, guardar el corazón, ejercer dominio propio, etc. Todas cosas que la Biblia nos enseña. Lo que vengo diciendo es que: el evangelio es la esencia, el combustible; el evangelio es lo que forja el corazón del hombre que lo atesora, permitiéndole luego, extenderse sobre sus responsabilidades de un modo correcto, poderoso y fructífero.
Cuando el etíope recibió el evangelio de boca de Felipe y lo aceptó; él se arrepintió, renovó su entendimiento, obedeció a la fe, y tuvo fruto.
Pero ¿qué se esta enseñando hoy día en muchas iglesias?
Se enseña un enjambre de distintos conocimientos desconectados del amor y la gracia de Dios, que poco producen. O se enseña un aguado evangelio; dirigido más a las emociones que al entendimiento. Otras veces no se enseña más que mandamientos para la carne, con cierta buena reputación para el ojo humano, cuyo principal fruto es fatiga en el alma. Y otras veces no hay más que culpa y juicio. Así, Dios debe decodificar su evangelio dentro de los corazones de aquellos que aunque expuestos a tanta confusión y error, aún desean la verdad.
No debería sorprendernos que con esta clase de nutrición la cristiandad consiga muy poco de aquello que predica: andar como hijos de Dios y fruto del espíritu.
Confiemos; si volvemos a plantar la semilla y la cuidamos, a su tiempo habrá abundancia de fruto.
Por ultimo: ¿hasta cuando hemos de alimentarnos con el evangelio? ¿No es el evangelio comida solo para los “niños” espirituales?
Entiendo que nadie se gradúa de él. El evangelio es algo tan basto, tan profundo, tan rico, y por otro lado, tal es la contradicción del mundo en que vivimos, que el conocimiento del evangelio y su valoración, es tarea para toda la vida. Nunca deberíamos descuidarnos creyendo que ya hemos concluido la tarea, que ya no precisamos alimentarnos abundantemente con el evangelio.
El apóstol Pablo, el hombre que más profundamente dio a conocer este evangelio, nunca creyó que había concluido su conocimiento y apreciación del mismo, más aun, seguir creciendo en el evangelio, era el principal objetivo en su vida.
Filipenses 3:8
Más aún, todas las cosas me parecen pura pérdida cuando las comparo con el inapreciable beneficio de conocer a Cristo Jesús (quien es el evangelio hecho carne), mi Señor, por cuya causa lo he abandonado todo y lo tengo todo por basura.
Desde el primer día que recibió el evangelio, hasta el fin de su carrera, Pablo nunca dejo de nutrirse del mismo. Él siguió profundizando y atesorando. Y ya sabemos cual abundancia de fruto disfrutó Pablo; tanto que aun hoy, nosotros continuamos de aprovechar.
Si pensamos entonces, que el cristiano que probablemente con más madurez caminó, nunca descuidó su progreso en el evangelio, seguramente comprenderemos cuan vital es para nuestro desarrollo como hijos de Dios, el nutrirnos cada día de las verdades que emanan de este poderoso evangelio.
A modo de resumen: cada hecho, cada persona, cada palabra, incluso cada silencio que se encuentra en la Biblia, está puesto allí para comunicarnos, de una u otra manera, algo del evangelio.
Entender la Palabra, es entender el evangelio del amor de Dios y de su gracia en Jesucristo, que ella nos comunica en todas y cada una de sus partes.
El evangelio es la semilla que si plantamos y cuidamos con perseverancia, nos dará abundante fruto de sanidad y vida.
Alejandro Bianco
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Click para ver Parte IV: "Algunas Concideraciones Sobre la Oposicion a la Gracia de Dios en Jesucristo (Las obras de la Gracia de Dios vs. las obras de la carne)"
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